El Ministerio de Defensa del Reino Unido presentó el prototipo de un superavión no tripulado, totalmente autónomo y con alta inteligencia de navegación.
Bautizado como Taranis, como el dios celta del trueno, el avión robot comenzará a realizar vuelos de prueba a principios del año próximo.
Taranis constituye el primer paso en el desarrollo de una nueva generación de naves de combate no tripuladas capaces de volar entre continentes y penetrar en territorio enemigo sin que sean detectadas por los radares, explica el periodista de la BBC Daniel Emery.
El aparato fue diseñado para que sea controlado desde cualquier lugar del planeta por medio de comunicación satelital.
Desarrollado por BAE Systems, Rolls-Royce, Qinetiq y GE Aviation con el apoyo del Ministerio británico de Defensa, el proyecto tomó cuatro años y costó unos US$215 millones, de los que la industria aportó alrededor de 25%.
El resultado ha sido descrito por los expertos como "la cumbre" de la ingeniería británica y el diseño aeroespacial.
"Líder"
"Taranis es un proyecto realmente de vanguardia. Primero de su tipo en el Reino Unido, refleja los mejores avances de diseño y las habilidades tecnológicas de nuestro país y constituye un programa líder en el escenario mundial", aseguró Gerald Howarth, ministro británico para Asuntos de Defensa.
El objetivo es que el Taranis sea capaz de emprender tanto tareas de espionaje y vigilancia como transportar armas para atacar todo tipo de blancos, con lo cual podría reemplazar a los aviones militares con piloto como el Tornado.
En la actualidad aviones no tripulados son capaces de transportar armas, como el MQ-1 Predator, aunque sólo es posible utilizarlos cuando el espacio aéreo está en control de fuerzas aliadas.
Peter Felstead, editor de la revista especializada Jane's Defence Weekly, le dijo a la BBC que puede hacerse un paralelo entre el desarrollo del prototipo de avión no tripulado y el de los primeros aviones de combate de la Primera Guerra Mundial.
"En un principio, esas naves fueron usadas para reconocimiento, luego para bombardeos y para emprender misiones de ataque en tierra y al final se llegó hasta la creación de aviones capaces de combatir con otros aviones en el aire", explicó.
El Taranis "es un primer paso para el Reino Unido. No se trata de un avión que vaya a entrar en servicio, sino de una demostración tecnológica que probará técnicas, demostrará capacidades y señalará la dirección en la que vamos", concluyó.